Algunos acontecimientos sirven como aceleradores del cambio. Los acontecimientos del 11 de septiembre aceleraron el cambio hacia una mayor vigilancia. La Segunda Guerra Mundial aceleró la creación de la clase media y la incorporación de las mujeres al trabajo. La Gran Depresión aceleró la banca centralizada y los programas de bienestar social. 

¿Qué es la transformación digital? Se trata de acontecimientos significativos que cambiaron la cultura, y hemos experimentado colectivamente un cambio similar debido a la pandemia de COVID-19. Aparte de los trabajadores esenciales, la mayoría de nosotros vimos nuestras vidas relegadas al interior de la casa de la noche a la mañana. Los lugares de trabajo también tuvieron que cambiar a operaciones totalmente remotas sin previo aviso. 

La necesidad de transformación digital ya estaba en marcha, pero la pandemia la aceleró. Y para muchas empresas, la elección era clara y tajante: pasar a lo digital o cerrar operaciones. 

Ahora, la gran mayoría de las interacciones con los compañeros de trabajo, los clientes y los empleados tienen lugar de forma virtual. Las empresas que sobrevivieron y prosperaron durante este cambio ya se habían embarcado en un viaje de transformación digital o encontraron nuevas formas de mantenerse ágiles y adaptarse a las condiciones siempre cambiantes. 

Comencemos por ver cómo la transformación digital se ha vuelto aún más esencial durante la pandemia. 

Cómo ha cambiado la transformación digital de las organizaciones, y se ha vuelto aún más esencial, durante la pandemia 

En los últimos años, las conversaciones sobre la transformación digital se han enfocado en torno a cambios más significativos en los procesos de negocio, como el almacenamiento de datos en la nube, el internet de las cosas, las pilas de tecnología, IA, ML y mucho más. 

Durante la pandemia, la transformación digital adquirió un carácter mucho más práctico. 

Nunca antes las empresas se habían enfrentado a un cambio tan brusco en el comportamiento de los consumidores. Aunque ya estaban ampliamente disponibles, las capacidades de videoconferencia aumentaron necesariamente su funcionalidad y capacidad de ancho de banda para satisfacer las necesidades de una fuerza de trabajo casi totalmente remota. 

Las empresas que dependían en gran medida de las experiencias en persona, como los restaurantes, las tiendas físicas y los cines, se pusieron en marcha para encontrar formas de mantener el interés de los clientes y el flujo de ingresos. La recolección en la acera y los pedidos en línea se convirtieron en algo cotidiano, no en un lujo. La transformación digital pasó de nuestras computadoras portátiles a nuestros televisores a medida que los servicios de streaming aumentaban sus ofertas para los espectadores en cuarentena. La lista es interminable. 

Esencialmente, la transformación digital se extendió a las partes esenciales de la vida cotidiana. Por supuesto, también está cambiando la forma en que las empresas, grandes y pequeñas, desde las tiendas familiares hasta las organizaciones empresariales, trabajan y hacen negocios. La transformación digital es imprescindible para la supervivencia, y a los rezagados digitales se les está acabando el tiempo para invertir en las realidades digitales pospandémicas. 

Tendencias emergentes de transformación digital empresarial para la nueva normalidad

Estas son algunas de las implicaciones de la transformación digital a medida que avanzamos más allá de la adaptación a la nueva normalidad y pasamos a prepararnos para ella. 

Transformación digital acelerada 

Cuando los mandatos del gobierno local exigieron que muchos negocios y oficinas cerrarán sus puertas, el impacto fue rápido e inmediato. Muchos de los que trabajaban en el sector de la hostelería o servicios no esenciales perdieron sus puestos de trabajo por completo. Otras organizaciones se vieron obligadas a encontrar la manera de trasladar a todos sus empleados a entornos remotos o VPN de la noche a la mañana. 

El comportamiento de los consumidores también cambió drásticamente, ya que la gente se vio relegada a estar en sus hogares y confió en los servicios de entrega o en las opciones de recolección para obtener sus productos esenciales cotidianos (todos recordamos los estantes vacíos de papel higiénico). Sin embargo, la crisis genera ingenio. De acuerdo con un estudio reciente de McKinsey, los encuestados indicaron que sus empresas adoptaron los cambios digitales entre 20 y 25 veces más rápido de lo esperado. El mismo informe mostró que tres de cada cuatro estadounidenses probaron un nuevo comportamiento de compra durante la pandemia.

La importancia del director de información 

La importancia del director de información ya estaba en aumento en la era digital, pero la pandemia realzó su importancia. Desde hace tiempo, se encarga de dirigir el departamento de TI, evaluar y racionalizar las inversiones en tecnología, y vincular ambos aspectos a la eficiencia operativa y los ingresos. En la era pospandémica, el rol del departamento de TI seguirá ampliándose para ayudar a las organizaciones a adoptar rápidamente productos digitales, mantenerse ágiles y adaptables, e impulsar un cambio rápido. 

Mayor atención a la experiencia del usuario (UX) y a la experiencia del cliente (CX)

En febrero de 2020, justo antes de que la pandemia de COVID se apoderará de nuestros tiempos y de nuestras vidas, una encuesta de Gartner detectó que el 90% de las empresas había designado un director de experiencia o una función similar de CX en su organización. Al igual que el director de información, el rol del director de CX también adquirió más relevancia en respuesta a la pandemia, ya que las empresas compitieron por la atención del cliente a través de canales de comunicación cada vez más digitales. 

La pandemia planteó enormes exigencias de innovación a los equipos de UX y CX, desde el servicio y la entrega al cliente sin contacto hasta los códigos QR, pasando por los eventos virtuales y las experiencias aumentadas. Estas mayores expectativas sobre la experiencia del cliente continuarán después de la pandemia. 

Flujos de trabajo ágiles y despliegue continuo 

La velocidad y la innovación impulsan el éxito, y ambas se han convertido en indicadores clave de la salud organizativa en la economía COVID. Los flujos de trabajo ágiles y el despliegue continuo garantizan que las organizaciones puedan ser dinámicas, adaptarse, responder y aprender rápidamente de las cambiantes condiciones del mercado y las demandas de los clientes. 

El marco de trabajo ágil ofrece a las empresas la capacidad de aportar un valor significativo sin experimentar una interrupción de los procesos, lo que hace que las empresas sean más receptivas en una crisis, pero también más capaces de capitalizar las oportunidades. 

Herramientas de comunicación visual para permitir la colaboración a distancia

Otra historia de aceleración: el cambio hacia el trabajo remoto ya estaba en marcha antes de la pandemia de COVID y, entre 2010 y 2020, el número de empleados remotos y que trabajan desde casa creció en 115%. 

Según el reciente informe Future of Workforce Pulse de Upwork, 1 de cada 4 estadounidenses trabajará de forma remota en 2021. El informe también revela que 36.2 millones de estadounidenses trabajarán a distancia en 2025. Mientras que algunas organizaciones se empeñan en que los empleados vuelvan a las oficinas físicas en alguna medida, se espera que se impongan nuevas formas de trabajo, incluyendo las fuerzas de trabajo distribuidas. 

Las herramientas de comunicación visual son eficaces para cualquier tipo de trabajo, pero son especialmente valiosas cuando los empleados están dispersos por todo el mundo. ¿Por qué? Las herramientas de comunicación visual, como las pizarras digitales, los mapas de procesos y los gráficos Kanban, pueden comunicar claramente las actualizaciones y las prioridades de una manera que es fácil de entender y de consultar posteriormente. 

Cuando se utilizan con herramientas de videoconferencia y mensajería, estas herramientas también pueden imitar la colaboración en la oficina que se pierde con el trabajo remoto, y ayudar a los empleados a mantenerse comprometidos y conectados. 

Aumento del espíritu empresarial en las pequeñas empresas 

A pesar de las dificultades económicas ocasionadas por la pandemia, también se ha producido una avalancha de nuevas pequeñas empresas tras la misma. McKinsey informa que, tan solo en el tercer trimestre de 2020, más de 1.5 millones de personas solicitaron el registro de una nueva empresa en Estados Unidos, casi el doble que en el mismo periodo de 2019. En la Unión Europea, se registraron aumentos similares. 

Evaluación profunda (y continua) de las pilas tecnológicas 

La aceleración de la transformación digital nos ha dado a muchos un curso intensivo de innovación, pero no siempre ha sido un proceso fluido. Los lanzamientos torpes son inevitables cuando se trata de adaptarse y adoptar nuevas tecnologías. Sobre la base del importante rol del director de información, las organizaciones también tendrán que enfocarse en la evaluación continua de las inversiones rápidas realizadas en respuesta a la pandemia. 

Ahora que la crisis inmediata ha quedado atrás, las organizaciones pueden enfocarse en optimizar las inversiones realizadas hasta el momento o desprenderse de las que no les están funcionando. Esta evaluación no tiene por qué producirse solo una vez al año. La agilidad es la clave, y las empresas que puedan adoptar, adaptar y ser dinámicas inmediatamente seguirán teniendo éxito en una economía pospandémica que cambia con rapidez. 

Si la pandemia nos ha demostrado algo, es que la necesidad impulsa la innovación, y las organizaciones que han encontrado formas de adaptarse a nuevas tecnologías y adoptarlas en medio del caos no solo han sobrevivido, sino que han prosperado. Seguir adelante con la transformación digital es fundamental para la continuidad de una empresa en un mundo pospandémico y en la nueva normalidad.